Creo que la vida duele menos si transformamos sus vicisitudes en aventuras.
Fue lo que me propuse para mitigar la angustia. Vieja camarada de muchos años.
Siempre desentoné en los arquetipos humanos. Fui demasiado fino en lo rústico y tosca en lo refinado. Incomprendida para el miserable. Despreciada por el erudito. En síntesis, una desclasada social.
Para resguardarme del despojo convertí la ficción en mi realidad. Un buraco oscuro...profundo...me asedia donde quiera que voy. Nuevamente andar entre sueños y fantasmas. Con mansedumbre dejarme llevar por el compás absurdo de la nada.
Nora Ibarra
Fragmento de mi futura novela
Arroz con Frijol - Diario del Auto-Exilio